Tania Mondragón Serrano

Las adicciones son una forma en la que intentamos llenar vacíos, buscar alivio, o incluso escapar de emociones que nos resultan difíciles de manejar, como el dolor, la ansiedad o la tristeza. Estas surgen cuando una actividad, sustancia o comportamiento, en lugar de ser una parte más de nuestra vida, comienza a ocupar el centro de ella. Se convierten en una especie de “anestesia emocional” que creemos nos ayuda a enfrentar nuestras dificultades, pero en realidad nos aleja de una vida plena y saludable.

Habría que valorar cuantos dispositivos están empleando y el uso que hace de ellos. La concentración baja cuando son muchos los estímulos del ambiente, aunado a una alimentación y descanso poco balanceados. La sugerencia es que haya un balance entre las pantallas, telefono,pc, etc, despejarse su mente saliendo por momentos de casa.

Superar una adicción no es un camino sencillo, pero es totalmente posible. El primer paso es reconocer que algo no está bien y que esa dependencia no es compatible con el bienestar que buscamos. También es crucial entender que pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino de gran valentía. Profesionales de la salud, grupos de apoyo, y, sobre todo, un entorno que nos apoye y comprenda son clave en este proceso.